Esta semana, queremos dejaros la primera parte sobre el vídeo del Primer Emperador Romano. Más conocido como Cayo Julio César Octaviano, César Augusto.
El primer Emperador Romano. Juventud, muerte de César y formación del Segundo Triunvirato.
En el vídeo de aquí arriba, os dejamos la breve historia de uno de los emperadores romanos más polémicos de los que podemos hablar. Aunque puede que no se encuentre al nivel de algunos más conocidos como Calígula, Nerón o Tiberio, y que sobre todo hoy día sea recordado por haber dado nombre a unas bonitas termas, sin lugar a dudas su vida es bastante interesante. Además, está plagada de momentos que no tienen nada que envidiar a los tres emperadores mencionados.
Cinco momentos de la Historia Medieval de España que no tienen nada que envidiar a Juego de Tronos o House of The Dragon
Si bien es cierto que los libros de George RR Martin y la serie de HBO se caracterizan por sus brutales intrigas palaciegas, giros de guión y protagonistas que mueren cuando menos lo esperamos. Es más cierto que todas estas tramas encuentran buena parte de su base en la historia medieval de distintos países como lo eran los diferentes reinos de Inglaterra, la guerra de las dos Rosas, etc. De hecho, incluso la historia medieval de España tanto musulmana como cristiana podría guardar ciertos paralelismos con las tramas de Juego de Tronos o inspirar nuevos para futuras series y temporadas como House of the Dragon.
Por ello, hoy os traemos 5 historias que podrían inspirar algún que otro episodio. Puesto que la gran cantidad de reinos cristianos que prosperaron al Norte cuando se frenó el avance musulmán, permitieron, entre guerra y guerra contra el islam, un sin fin de traiciones, fratricidios e intrigas que bien podrían dar para una bonita temporada. Comenzamos.
1. Ramiro I, un hombre implacable.
El primer personaje y momento de nuestra lista se centra en el reinado de Ramiro I. A mediados del siglo IX d.C. Cuando el único reino cristiano que hay en la Península es el Asturleonés. Que de Oeste a Este ocupaba la zona de la actual Galicia hasta más o menos Vizcaya y Álava. Haciendo frontera con el Emirato Cordobés en lugares de las actuales Orense, León Palencia, Burgos y la ya mencionada Álava. Mientras que el Emirato Cordobés ocupaba el resto de la Península, salvo la zona sur pirenaica que se extendía hasta Barcelona, ocupada en ese momento por los Francos.
La Península en el 850d.C. (Elaboración propia)
Representación de Ramiro I. Museo del Prado
En todo este contexto, el joven reino astur-leonés tenía bastantes dificultades, sobre todo diferentes guerras intestinas o disputas bastante serias cada vez que había que nombrar un nuevo monarca. Por lo que, a la altura del año 842, el carácter electivo de la monarquía astur provocó que a la muerte de Alfonso II, rey que había reinado durante 51 años, se nombre como rey del reino Astur a Ramiro I, hijo de un rey anterior a Alfonso II, que solo había sido rey durante apenas tres años. Parte del problema en este nuevo monarca, llamado Ramiro estaba en que ya para el año 842 era un anciano de más de 60 años. Por lo tanto, hubo ciertas rebeliones de sectores disconformes que no veían con buenos ojos al nuevo rey.
Ampliación del Mapa. (Elaboración Propia)
Pero en esta ocasión, la avanzada edad del monarca no era tanto un signo de debilidad como si lo era de crueldad. Puesto que no se retrasó con demasiadas sutilezas cuando fue eliminando a los diferentes Nobles astures y Vascones, que apoyaban la entronización de Nepociano, realizando ejecuciones públicas, dejándolos ciegos o directamente impedidos.
Representación cegando a un Prisionero
Esto provocó que los cronistas de la época, al menos a los que él controlaba, acabasen poniéndole el apodo de la “Vara de la Justicia”. Durante su corto reinado, del 842-850, se aficionó a la práctica de cegar a los enemigos en vez de matarlos. Como en el momento en el que eliminó a los bandidos de las montañas asturianas a quienes optó por directamente sacarles los ojos. También entre sus prácticas se encontraba el gusto por quemar vivos a lo que en dicha época se denominaban “adivinos y hechiceros”.
Elaboración Propia
Con este tipo de comportamiento, no es de extrañar que Ramiro se enfrentase a constantes traiciones y rebeldías. Pero también entre sus acciones se encuentra la hazaña de rechazar exitosamente dos ataques vikingos en las costas de Asturias en el año 844.
2. La boda Truncada del Conde de Castilla.
La segunda historia se centra en el año 1017 d.C. Ahora la situación en la Península Ibérica ha cambiado. El primigenio Reino Asturleonés ya no existe como tal y en su lugar, el reino de León ha avanzado bastantes posiciones al sur. Arrebatando territorio a los musulmanes. Quienes por su lado, también han sufrido diferentes cambios y ya no son más el Emirato o el califato de antaño. Sino un popurrí de reinos más pequeños que conocemos como Reinos de Taifas, en esta ocasión, los primeros reinos de taifas. También en el Este ha acabado por surgir otro reino cristiano como lo es el Reino de Navarra.
Península 1017 d.C. (Elaboración Propia)
Por lo tanto, en este momento histórico, Castilla aún no es el reino hegemónico de los Reyes Católicos que todos conocemos. Pues para conformarse como un reino tuvo que pasar por distintas guerras, matrimonios estratégicos e intrigas que no fueron nada fáciles. A esto hay que sumarle que los diferentes reinos y condados cristianos del norte peninsular estaban gobernados por primos, hermanos, sobrinos y un largo etcétera de nobles emparentados. Todos y cada uno de ellos queriendo hacerse con aunque sea una porción de territorio que no poseen, un título mejor u otro castillo más sofisticado, a costa de sus familiares si era necesario. En este panorama, no era menos Sancho III, de Navarra. Pues a la muerte del conde castellano Sancho García en 1017, quedaba al frente del condado un niño de siete años, llamado García Sánchez.
Pantalla de carga Crussader Kings III
Por esta minoría de edad, el joven conde quedaba al cargo de su cuñado, el rey Navarro, Sancho III. El monarca, no buscaba en un principio la separación del condado de Castilla contra el reino de León, pero buscó realizar matrimonios estratégicos como el de su hermana Urraca con Alfonso V de León y así, asegurarse la tutela del joven conde, porque a pesar de todo, aunque no quería un reino independiente Castellano. Castilla era un caramelo bastante preciado para el navarro, del que sacar provecho, aunque solo fuese por ejercer una fuerte influencia sobre el condado. Sin embargo, la muerte del rey leonés Alfonso V complicó demasiado la situación. Puesto que ahora, el hijo que este había tenido antes de casarse con Urraca, Bermudo, quedaba al cargo de la misma. No debemos olvidar que Urraca era la hermana de un rey extranjero para los leoneses.
Alfonso V museo del Prado
Ante esto, comenzaron levantamientos de los nobles de León, que no aceptaban a Urraca como reina regente, por miedo a que pusiese León al servicio de Navarra. Por lo tanto, ahora sí, Urraca y Sancho III, propusieron el matrimonio del joven conde castellano García Sánchez con una hermana del joven rey leonés Bermudo III, teniendo esta vez la intención de que Castilla sí que fuera un reino independiente a LEÓN. Pero el final será otro, pues fijada la boda para primavera del 1029, el joven conde, que para el momento tenía 19 años, fue asesinado por tres hermanos de la familia Vela a las puertas de la iglesia en la que iba a contraer matrimonio. Sancho III que se encontraba acampado a las afueras de León con sus tropas, parece que esperando las malas noticias, recogió muy afectado el cuerpo sin vida de su cuñado y se proclamó a sí mismo conde de Castilla por derecho matrimonial. Condado que acabaría entregando a su hijo Fernando, de quien hablaremos más adelante.
3. Disputas familiares en los Condados Catalanes.
La Historia Medieval de la Península fue lo suficientemente larga como para tener este tipo de situaciones en todos sus reinos, e incluso en los pequeños condados catalanes. Siendo los mismos, unidades independientes entre sí y a pesar de estar dentro de la órbita carolingia y luego francesa, tenían cierta independencia de estos. En el año 1071, Estando estos en el NE peninsular con una extensión de Norte a Sur desde el Rosellón, hasta Barcelona. Tenían al Norte a los Franceses, al Oeste a los condados Aragoneses y al Sur a la Taifa de Zaragoza.
Condados Catalanes. (Elaboración propia)
Los diferentes condados catalanes tuvieron una breve unidad bajo el mandato de Ramón Berenguer I. Teniendo el deseo de que su hijo, nacido en un primer matrimonio, y llamado Pedro Ramón, heredase dichos condados y los mantuviera unidos. Pero todo se frustró cuando este asesinó a su madrastra, la condesa de Almodis en el año 1071 y optó por refugiarse en las taifas de Al-andalus. Ahora, los diferentes condados quedaban repartidos entre sus hermanastros, hijos, obviamente de la mujer asesinada.
Pero la traición se llevaba en la sangre de la familia. Puesto que Ramón Berenguer II y Berenguer Ramón II, parece que no había otros nombres disponibles. Tenían los ojos puestos en el condado del otro. De tal forma que el hermano menor, Berenguer Ramón II, realizó un complot para que su hermano mayor, fuese asesinado en las cercanías de un bosque de Gerona. Comentiendo un asesinato que no le reportó ningún beneficio, pues de momento, los derechos del condado pasaron al hijo del difunto, Ramón Berenguer III. En esta ocasión, al menos, el asesino obtuvo su merecido, cuando pocos años más tarde, el asesino fue apresado por el propio Cid Campeador.
4. Fernando I de Conde Castilla a Rey de León.
Como decíamos en el puesto número dos. Vamos a retomar con el futuro de algunos personajes que ya hemos mencionado. Puesto que Fernando I, hijo de Sancho III de Navarra, había obtenido Castilla, siendo en su momento condado. Muy pronto, Fernando, tuvo problemas con el rey de León Bermudo III que también conocemos del apartado anterior. Cuñado de Fernando, pues como recordamos, este había casado con Sancha, que era la hermana del rey de León.
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El conflicto con Bermudo venía porque el monarca reclamaba unas tierras que se encontraban dentro del territorio de Castilla. Produciéndose la conocida batalla de Tamarón del 1037, con la mala suerte para el rey de León, cuando en la batalla se encontró rodeado por enemigos, los cuales le propinaron, según se ha revelado recientemente, 16 heridas mortales de lanza. Como el rey de León no tenía descendencia. Su hermana Sancha y esposa de Fernando I, pasó a ser la reina de León. Ella, optó por ceder el reino a su esposo. Recordemos que esta era la misma mujer con la que tenía que casarse el joven conde castellano de la segunda historia.
Muerte de Bermudo III (Elaboración Propia)
Pero la historia que de verdad queremos contar aquí, fue el empeño que tenía Fernando I de ocupar territorios. Pues no contento con poseer un nuevo reino, puso los ojos en las posesiones que tenía su hermano García Sánchez III de Navarra, que además le había ayudado a derrotar a Bermudo en Tamarón.
Territorio de Fernando I como rey de León (Elaboración Propia)
Fernando estaba empeñado en obtener unas tierras que su padre había dejado a su hermano . Obviamente García se negó y la única solución fue la guerra entre ambos reinos. Produciéndose la batalla de Atapuerca el 15 de septiembre de 1054. En la cual, Fernando observó morir a su hermano por las heridas sufridas en la batalla. Obteniendo así la mayor parte de las tierras que reclamaba.
Sin embargo, la historia de traiciones y guerras en este periodo no quedará aquí. Pues incluso cuando el monarca intentó hacerlo bien y evitar que sus hijos guerrearan por los derechos al trono o los territorios de los demás. Dividió sus posesiones, provocando que ahora Castilla, Galicia y León fueran tres reinos diferentes. Dando lugar, obviamente a nuevas y futuras traiciones como vamos a ver a continuación.
5. La Peor Guerra entre Hermanos
A la muerte de Fernando I. su reino se dividió entre sus tres hijos en 1063. Reuniendo el monarca una curia para repartir la herencia. Castilla, fue legada a su primogénito Sancho. Convirtiéndose el condado por primera vez en reino. Alfonso, recibía León y el título de emperador de Hispania y el tercer hijo García recibía el reino de Galicia. Su hija Urraca se quedaba con Zamora, mientras la ciudad de Toro se quedaba para Elvira.
Pero Sancho, no estaba dispuesto a que el reparto quedase así mientras que él era el primogénito. Por ello, comenzó hostilidades contra los reinos de sus hermanos. Por poco tiempo, Sancho se entendió con Alfonso VI, dejando que Sancho pasase por su territorio con su ejército para derrocar a García en Galicia. García fue derrotado fácilmente y exiliado. Alfonso y Sancho, se titularon ambos reyes de Galicia y mantendrían una tregua.
Repartición entre los hijos varones de Fernando I del reino de León (Elaboración Propia)
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Tregua que sería rota en muy poco tiempo, pues ambos monarcas se enfrentarían para reclamar el territorio del otro. Primero en la batalla de Llantada en el 1068 y luego en la batalla de Golpejera en el 1072. En esta ocasión Sancho se alzaría con la victoria y apresó a su hermano Alfonso y se exilió en Toledo. Sancho ahora rey de todos los reinos que había formado su padre, pero puso sus ojos en el territorio de su hermana Urraca de Zamora, pues lo consideraba esencial para comenzar la expansión al sur.
Fue entonces durante el sitio de la ciudad cuando Sancho comenzaba a perder la suerte. Alfonso por su lado en Toledo estaba moviendo hilos para organizar su regreso. Mientras que Urraca, mientras sufría el asedio, parece que orquestó un engaño para eliminar a su hermano de una vez por todas. Pues Vellido Dolfos, persona fiel a la infanta, jugó el papel de desertor de su señora. Teniendo una reunión con el rey Sancho al cual, parece que apartó de la protección de sus hombres llevándolo al bosque. En ese momento, Sancho II de Castilla, León y Galicia, recibió una lanzada que le hizo encontrar la muerte en el 7 de octubre de 1072.
Muerte de Sancho II (Elaboración propia)
Como el monarca había muerto sin sucesores, el trono pasó a su hermano exiliado Alfonso VI. García, que por su lado, estab a exiliado en la taifa de Sevilla, creyó ver la oportunidad de ocupar de nuevo su reino gallego. Sin embargo, Alfonso, que ya se las sabía todas, lo llamó a una reunión al año siguiente. Momento en el que aprovechó para encarcelarlo de por vida en el Castillo Luna y quedarse con su reino.
- Lacarra, J.M.: Estudios de Historia de Navarra. Pamplona, 1971.
-Mackay, A.: La España de la Edad Media. Desde la frontera hasta el Imperio (1000-1500). Madrid, 1980.
-Martín, J.L.: La Península en la Edad Media. Barcelona, 1976.
-Veas Arteseros, F.: Volumen II, Prehistoria e Historia hasta el siglo XVIII. Sevilla, 2012.
Los Reyes Católicos buscaban la creación de un estado donde ellos fuesen los únicos amos y señores, es decir, una Monarquía Absoluta. No podían establecer esos cambios de la noche a la mañana en unos reinos donde la nobleza de por sí ya era muy fuerte. A esto hay que sumarse que en la Guerra Civil Castellana se encontraron con la necesidad de recibir el apoyo de las grandes casas nobles, tanto para vencer en la guerra como para mantenerse en el trono. Por lo tanto, Isabel y Fernando no podían quitarles TODO el poder a los nobles y mantenerlos contentos al mismo tiempo. Por ello, lo que se conocía como señoríos seguiría existiendo pero ahora el poder judicial sería sobre todo para los monarcas, los cuales pasaron a estar en la cima de la pirámide en materia jurisdiccional. Pero para ello, tuvieron que contentar a los nobles permitiéndoles mantener ese poder social y económico que ya poseían. En cuanto a la organización de la corte, también se preocuparon en otorgar los puestos de poder a familiares y gente de confianza antes que a las poderosas casas nobles, siendo el inicio de un sistema que conduciría a España a constituir la Monarquía Absoluta en los años venideros.
Por suerte, en esta ocasión, los cambios no solo afectaron a los poderosos, sino que también el pueblo llano pudo experimentar una mejoría, al menos sobre el papel, en cuanto a sus condiciones de servidumbre. Sobre todo en Aragón donde la servidumbre, y malos usos señoriales estaban a la orden del día contra LA masa campesina, quien además carecía de derechos y estaba al servicio y capricho de su señor. La intervención de Fernando en la guerra de la remensa dentro de su propio reino provocó que los aspectos más retrógrados y conservadores de los malos usos señoriales fueran eliminados con la ya mencionada Sentencia Arbitral de Guadalupe de 1486, cual prohibió:
La Remensa, es decir, el pago que tenía que dar un campesino a su señor si el campesino abandonaba la tierra.
La Intestia, O el derecho del señor feudal a quedarse con la tercera parte de los bienes muebles y seres vivos que tuviera el campesino si moría sin dejar testamento.
La Cugucia, la cual era el derecho del señor a quedarse con la mitad de los bienes de la mujer de su campesino si esta cometía adulterio contra su marido.
La Exorquia, Capacidad del señor de quedarse con todos los bienes del campesino si este moría sin hijos.
La Ársia. Obligación del campesino de pagar con un tercio de los bienes muebles que le quedaran al campesino si a este se le había incendiado su casa accidentalmente. A modo de castigo por su descuido.
Y obviamente se abolió el derecho del señor de maltratar a sus campesinos.
La Integración de Las Canarias
Como dijimos en el vídeo anterior, la paz con Portugal tras la guerra civil Castellana supuso que el territorio de acción castellano en el Atlántico y las costas africanas correspondía solamente a las Canarias. El proceso de conquista de las islas que quedaban, se convirtió en la antesala y el perfeccionamiento del modelo que Isabel y Fernando emplearían para la conquista del territorio americano. Mientras que las islas que quedaban por conquistar no estaban inhabitadas. En ellas vivía un pueblo, que conocemos como los Guanches, los cuales, a pesar de estar a finales del siglo XV tenían un nivel de desarrollo muy similar al de una sociedad de la época del Neolítico. Por lo tanto, se convirtieron en una población a la que conquistar, dominar y evangelizar. Hasta la llegada de los Reyes Católicos la conquista y colonización de las Canarias se había llevado mediante intereses de personas particulares, mientras que los monarcas que aquí estamos estudiando, organizaron una empresa diferente. Con señoríos particulares bajo la soberanía real en las islas menores y empresas de conquista organizadas por la corona. Además de mandar la conquista de Gran Canaria 1478-83; La Palma 1492-93 y Tenerife 1494-96. Provocando que las islas se convirtieran en el futuro en una zona de partida perfecta para los barcos que irían a la conquista de América tras zarpar de Sevilla.
La gran cantidad de peninsulares que se afincaron en Canarias serían sobre todo Andaluces, además de mercaderes genoveses que buscaban la oportunidad de comercio.
Elaboración Propia
Elaboración Propia
Elaboración Propia
Control de Puntos estratégicos en el Norte de África
La conquista de Granada fue todo un triunfo para los reyes, pero también suponía la posibilidad de despertar a un enemigo muy poderoso como lo eran los turcos, o la piratería berberisca, que podían buscar venganza contra Isabel y Fernando, ya fuera mediante la invasión a gran escala o el acoso a las costas mediterráneas que ocupaba tanto Castilla como Aragón. Por ello, se buscó la ocupación de lugares estratégicos entre 1497 y 1510. Llegando a ocupar zonas de importancia como Melilla, Orán, Bugía y Trípoli.
El descubrimiento de América
Cristóbal Colón, quien era un marino genovés, llevaba tiempo buscando la financiación para realizar su viaje a las Indias Orientales. Procurando el favor de distintas cortes, pero en todas era rechazado. La excusa de los Reyes Católicos no era otra que la prioridad era la toma de Granada, además de no querer aceptar las condiciones que pedía Colón para el viaje. El problema estaba en que Portugal sí estaba inmersa en la exploración mundial y en encontrar una ruta para llegar a establecer una conexión marítima con las ansiadas especias de las Indias, además de buscar oro, azúcar, esclavos, etc.. La aceptación de los Reyes vino sobre todo porque Vasco de Gama estaba a punto de establecer una ruta marítima con las indias mediante la navegación de cabotaje por el continente africano. De modo que Isabel y Fernando solo tenían dos opciones: Negociar con Cristóbal Colón o dejar pasar la oportunidad y que otro reino se les adelantase. Por lo que optaron por lo primero firmando las Capitulaciones de Santa Fe, mediante las cuales Colón sería Almirante y Virrey de las Tierras descubiertas de forma hereditaria, gobernador de los territorios descubiertos y una décima parte de los beneficios. Sin embargo, el contrato firmado exigía llegar a la tierra de las especias. Es decir a China o la India. El hecho de que Colón no llegase ahí a pesar de haber descubierto un nuevo continente, permitieron a lo reyes no cumplir todas sus exigencias, por esto y porque en uno de sus tres viajes oficiales, las diferencias con los reyes por el Caos que reinaba en uno de los territorios descubiertos conocido como LA ESPAÑOLA, provocó que volviera preso y despojado de sus privilegios a cambio del perdón real.
A parte de la financiación de los Reyes y el plan de Colón, la posibilidad de hacer un viaje que no se había pensado hasta el momento fue por la invención de nuevos instrumentos de navegación como lo fue el astrolabio, la brújula, avances en cartografía y un nuevo tipo de barco que permitía realizar este largo viaje como lo era la carabela. Barcos con los que Colón zarpó, llevando consigo a la Pinta, La Niña y la Santa María.
El descubrimiento provocó una nueva crisis diplomática con Portugal, pues según el tratado de Alcaçovas, obtenido tras la paz por la guerra civil castellana, los reyes había obtenido el dominio en Canarias mientras que Portugal se adjudicaba el Dominio de las costas africanas al sur de las Canarias y todas las que se descubrieran bajo los términos de este tratado. Por lo que cuando Colón llegó de su primer viaje, el rey de Portugal lo recibió y asumió que como lo descubierto estaba debajo de las Canarias, debía de pertenecer a su reino y no a Castilla. La batalla legal estaba servida, pues mientras los reyes católicos defendían que el tratado de Alcaçovas se refería exclusivamente a la zona del Atlántico Africano, Portugal luchaba porque fuera toda la tierra descubierta al sur de las Canarias.
Territorios de Exploración según el Primer Tratado
Para evitarlo, se recurrió al Papa Alejandro VI, cuyo nombre de nacimiento era Rodrigo Borgia, natural de Valencia y con quien los reyes ya tenían una relación amistosa. Por lo que buscó el concilio entre ambos reinos con las Bulas Alejandrinas de las que finalmente se acabó firmando un tratado que pareció bien a ambos reinos, el cual se conoce como Tratado de Tordesillas. El mismo establecía una línea divisoria en los dominios de ambos reinos a 370 millas al oeste de Cabo Verde. Motivo por el cual, Brasil quedó dentro del ámbito Portugués, mientras que el resto de territorio que quedaba por descubrir sería para Castilla.
Nuevos territorios de Acción tras el Nuevo Tratado
El Conflicto Italiano
Francia y Aragón habían tenido desde hacía mucho tiempo sus ojos puestos en ocupar los distintos estados italianos. Porque estos eran lugares de gran interés cultural, comercial y artístico, pero con una baja capacidad militar. Además, la política de los reyes católicos como la de sus sucesores, se basó siempre en aislar a Francia a toda costa, con todos los medios posibles como enlaces matrimoniales y alianzas defensivas. Con el Tratado de Barcelona de 1493, el rey de Francia, Carlos VIII, devuelve el Rosellón y la Cerdaña a Aragón buscando con esto un pacto en el cual, ni Castilla ni Aragón se entrometerían en los intereses franceses en Italia. Pero Fernando, siendo bastante astuto, añadió una condición. Con la cual, los Reyes españoles se verían obligados a intervenir si los intereses de Francia, suponían un conflicto a los dominios del Papa.
La suerte sonrió a Fernando cuando en el año 1494 el rey de Nápoles, Fernando I, hijo bastardo de Alfonso V de Aragón, murió. Despertando las prisas del monarca francés de ocupar el reino. Para lo cual, atravesó Florencia y Roma importunando al Papa, Alejandro VI. Por la agresión francesa, el Papa, el emperador del Sacro Imperio y los Reyes Católicos hicieron frente a la amenaza francesa en Italia. Esta acción acabó provocando tres conflictos diferentes como lo fue:
La Primera Guerra italiana de 1494-1498.
La Guerra Italiana de 1499-1501
La Guerra de Nápoles de 1501-1504
Lo que podemos destacar de los tres conflictos será que a pesar de que Francia tenía un mejor ejército y era el favorito para ganar la contienda. El Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba, gracias a su experiencia en la guerra de Granada y el empleo de tácticas nuevas de combate que desembocó en la creación de los conocidos tercios españoles, que ayudaron a contrarrestar el poder de la caballería pesada francesa, abriendo fuego con los arcabuces, lo cual mataba a los jinetes o los caballos y el ruido del disparo hacía huir a los animales que sobreviviesen. Teniendo unas victorias muy importantes en Ceriñola y Garellano. Por lo tanto, con todo lo comentado, la victoria de los Reyes españoles en Italia se realizó en unas condiciones que fueron favorables para Fernando como lo era: El norte de Italia con Milán y Venecia sería para Francia El Centro, ocupado por los estados Pontificios, mientras que Aragón se quedaba ocupando el sur con Nápoles y las islas.
Batalla Ceriñola (Uso de los Arcabuces contra la caballería)
Consecuencias del descubrimiento de América
Entre las consecuencias positivas estuvo la importación tanto para la Península Ibérica como para Europa de productos nuevos como lo era el maíz, tabaco, tomate y la patata. Productos que enriquecieron bastante la dieta que ya de base era muy pobre para el pueblo llano y fomentaron el comercio transoceánico. Por otro lado, una de las consecuencias que favoreció a unos pero perjudicó a otros, fue la llegada de metales preciosos como oro y plata, pero en mucha mayor medida de plata. Provocando con el mismo que se acuñara mucha moneda y aumentase la circulación. Sin embargo, Castilla pagaba con esa plata muchísimo de los productos que compraba a otros reinos extranjeros provocando que la plata tal como venía se iba. Pero los precios de los productos en Castilla se inflaron muchísimo ante la llegada de metales preciosos, provocando lo que hoy conocemos como inflación en los precios. Precios que se quedaban inflados pero sin gente que tuviera el dinero suficiente para pagarlos.
Para hablar de la población se produjo una fuerte emigración de castellanos a las nuevas tierras buscando nuevas oportunidades para ellos y sus familias. Desde la etapa de la conquista, donde sobre todo fueron hombres hasta la etapa de asentamiento de la población donde ya se buscaba vivir del comercio, agricultura, ganadería, momento en el cual ya iban familias completas.
La población americana por su lado fue la que más cambios negativos sufrió, al ver cómo el mundo que conocían llegaba a su fin. Desde la caída de los grandes imperios como el Azteca o el inca. La increíble pérdida de población, sobre todo por la llegada de enfermedades contra las que no estaban inmunizados y la desestructuración de la sociedad, cultura y religión indígena. Ante los cambios tan radicales, tuvieron que adaptarse a la nueva realidad y evolucionar dentro de la política castellana.
Europa, por su lado, experimentó una revitalización del comercio, nutriéndose de los productos ya mencionados que venían de América. Pero sobre todo hubo dos cambios importantes como lo fue el desarrollo de la burguesía que al enriquecerse con el comercio comenzó a desplazar ahora a la antigua clase dominante de la nobleza. También en el campo científico provocó que se empezase a investigar y estudiar más materias como Geografía, Cartografía y navegación. Produciendo muchísimos avances y llevando al mundo a lo que hoy se conoce como la Edad Moderna.
Nuestro protagonista de hoy, es el conocido como Cayo Julio César Octaviano, aunque comúnmente se le conoce con el sobrenombre de Augusto, o César Augusto. Pero en buena parte del vídeo vamos a referirnos a él como Octavio para evitar nombrarlo solamente por sus títulos. Pues bien, Octavio Nació en Roma en el año 63 a.C. y murió en Nápoles en el 14 d.C. La Roma que conocía Octavio ya estaba lejos de ser esa Roma primigenia.
Para el año de su nacimiento, la República romana ocupaba por ejemplo la totalidad de las costas Hispanas, a excepción de un pequeño foco de resistencia en el norte, donde gracias las montañas tribus cántabras y astures resistían. Estos pueblos generalmente eran de origen celta y sus guerreros conocidos por ser fuertes y voraces. También poseía buena parte del Sur de la Galia con ciudades como Narbona y Massalia, colonia griega en el pasado. Obviamente poseían la totalidad de la península Itálica con territorios más al norte de la misma, Las islas de Córcega y Cerdeña. Sicilia, lo conquistado a los Cartagineses en el Norte de África territorios que hoy día son Túnez y Norte de Argelia, manteniendo en la parte Oeste a Mauretania como estado independiente a Roma. Ya en la zona Oriental era posesión romana, buena parte de territorios que actualmente son Eslovenia, Croacia, Bosnia Herzegovina, Montenegro, Albania, Grecia. Casi la totalidad de lo que hoy conocemos como Turquía, la zona de Siria, parte de Israel, pero aún no Judea. Egipto era aún independiente, teniendo la presencia romana muy cercana en el Oeste con lo que se conocía entonces como Cirene.
Sin embargo, para el año en el que nuestro protagonista comienza a tomar el poder absoluto, en el año 30 a.C. La extensión de Roma se aumentó considerablemente. Julio César (su padre adoptivo) en su tiempo previo a proclamarse dictador perpetuo conquistó la Galia en su totalidad para conseguir el prestigio que necesitaba, a pesar de haber pasado por una guerra civil contra Pompeyo, consiguió salir victorioso de esta e intervenir en la crisis que tenía Egipto entre Cleopatra y su hermano Ptolomeo. Mauretania ya no era más independiente, al igual que la zona de Judea y la totalidad de orillas que bañan el Mediterráneo en Oriente.
Para cuando muere en el 14 d.C. La mayor diferencia en ambos mapas es la conquista del norte Hispano tras las conocidas como Guerras Cántabras entre el año 26 y 25 a.C. Pero solo ese episodio nos daría para un vídeo completo. Por lo que, una vez situados geogŕafica y cronológicamente, podemos empezar con el propio personaje de Octavio.
Por lo que se puede leer en distintas fuentes, aunque siempre hay que tener cuidado de si lo que estamos leyendo es propaganda imperial o la realidad, se dice de Octavio que era un muchacho en su juventud de gran atractivo físico. Con piel bastante blanca, y ojos azules. Pelo rizado y rubio pero normalmente lo llevaba corto como podemos ver en este busto y en la propia reconstrucción. Tenía por lo que parece un rostro menudo y lo único que podía desentonar de él, como vemos son la posición de sus orejas que estaban bastante despegadas de su cabeza. Medía alrededor de 1,65 y a pesar de parecer bastante robusto en esculturas como la de Prima Porta, era casi todo gracias a la armadura pues su complexión era más bien delgada y delicada. Además, se cree con casi total seguridad que su salud no era la mejor, pues cuando en el futuro Julio César lo llevó consigo a Hispania para hacer frente a las tropas de Pompeyo, este se percató de que padecía colitis, bronquitis y eccema. Pero estas dolencias no disuadieron a Julio César para no potenciar los talentos del muchacho.
Tanto él como obviamente su familia estaba emparentada con el “Problemático” César quien durante toda la juventud de Octavio llevó una serie de apuestas arriesgadas, que bien podrían haberle costado la vida y de paso, el futuro tan prometedor que acabó teniendo nuestro protagonista. Siendo su sobrino-nieto por parte de su madre, Octavio acabó siendo adoptado secretamente por este en el 45 a.C. cuando tenía 18 años y designado su heredero, ya que César había tenido solo una hija natural, la cual casó con Pompeyo, pero que murió tras dar a luz en el 54 a.C. Por ello, Julio César acabó interesándose en el joven quien ya desde bastante pequeño mostraba ciertos rasgos brillantes.
La suerte para Julio César fue bastante adversa un año después de haber adoptado a Octavio, pues cuando parecía que tenía todo bajo control y estaba realizando su sueño de convertirse en el hombre más poderoso de Roma, en los Idus de Marzo del 44 a.C. se convierte en la víctima de un complot a manos de personajes tan ilustres como Bruto y Casio pero que parece que solo estaba planeado para quitar de en medio al dictador perpetuo con unas 23 puñaladas, aunque seguro que le caería alguna más con las ganas que le tenían. Pero parece que hasta ahí llegaba el plan, pues tras su ejecución parecían no saber muy bien qué hacer con un pueblo que se sentía traicionado por los conspiradores por haber asesinado a quien con tanta maestría se había ganado el favor de los romanos.
Marco Antonio, sobrino de César, que realmente no tuvo nada que ver con su asesinato, pero que se creía su legítimo sucesor, salió del Capitolio al encontrarse con el cadaver de Julio César aún sangrante y seguramente también para salvar la vida. Cuando los conspiradores tuvieron que atrincherarse en el lugar del crimen por su propia seguridad, Marco Antonio comenzó a realizar las gestiones propias de una sucesión, entregando el testamento de César a las vestales sin siquiera abrirlo, puesto que creía fielmente que él heredaría todo. Julio César se había encargado de dejar contentos a los romanos para el momento en el que llegara su muerte. Ya que donó a los ciudadanos sus jardines y parte de su fortuna además de repartir lo que quedaba de su patrimonio entre sus tres sobrinos, pero en ese momento se conocía por todos que Octavio era designado su hijo y por lo tanto sucesor.
Ahora, Roma se encontraba ante un desconocido, pues como el mismo Marco Antonio creía, todos opinaban que el sucesor natural de su fortuna y de sus títulos sería el hombre que a lo largo de los años lo había apoyado en la Galia y en su política. No por nada, a la llegada de Octavio a Roma, fue despreciado por Marco Antonio, que contaba con 38 años, tildándolo de “Chiquillo”. Pero Octavio, que ahora debido a la adopción poseía el nombre de Cayo Julio César Octavio, había leído el testamento de su tío-abuelo, sabía que este había dejado parte de la fortuna a los ciudadanos romanos, pero se percató que para Marco Antonio, ese reparto no era lo más urgente por el momento. De modo que mediante préstamos de sus amigos y los de Julio César se aseguró que el dinero prometido llegara a donde debía y que los romanos, supieran muy bien quién se lo estaba haciendo llegar. De esta forma, el desconocido, se convertía en amigo de Roma.
Marco Antonio, por su lado intentó manchar el nombre del “Chiquillo” acusándolo falsamente de un intento de asesinato hacia su persona. Sin embargo, la falta de pruebas dieron la razón a Octavio quien al mismo tiempo se estaba ganando el favor de la aristocracia y la ciudadanía, quienes tal vez, creían que podrían controlar mejor a un niño de 18 años que a un contrariado Marco Antonio que solo buscaba obtener por la fuerza lo que se le había negado, además de ser el dueño de Roma. Dándose cuenta tal vez que por asesinar a un dictador, habían allanado el camino sin quererlo a otro peor. Ambos descendientes de Julio César se pusieron al mando de sus respectivas legiones. Mientras que Octavio tenía el apoyo de personas tan ilustres como Cicerón que se ocuparon de manchar la reputación de Marco Antonio con escritos que se conocen como Filípicas debido a sus costumbres libertinas y sexuales. Ambos ejércitos midieron sus fuerzas en Módena, donde Octavio salió victorioso y Marco Antonio que nunca había sido vencido, no encontró otra solución que no fuera la huída.
Octavio volvió con sus tropas victoriosas a Roma dejándolas acampadas en Italia, obligó al senado a nombrarlo Cónsul y eliminó la amnistía de la que gozaban los asesinos de su padre adoptivo (Julio César), condenandolos a muerte. En este momento, los aristócratas y poderosos de Roma, se dieron cuenta de que el “Chiquillo” se la había jugado a ellos y era él quien con su apoyo, estaba consiguiendo hacer realidad los objetivos que se había impuesto el propio Julio César.
Como buen alumno del dictador, Octavio sabía que, al igual que este en su momento perdonó la vida de su enemigo Pompeyo para hacerse parecer magnánimo, ahora Octavio hacía uso de un hombre de confianza de César, el conocido Lépido, para mandar un mensaje de paz a Marco Antonio y establecer los tres juntos el segundo Triunvirato que tenía la República romana en toda su historia. Pero la paz que Octavio ofrecía a su anterior enemigo, no la estilaba para los asesinos de César. Con el uso de sus soldados, cerró la ciudad a cal y canto, evitando que los conspiradores pudieran huir hacia los demás recovecos de la entonces república. Momento en el cual, el triunvirato comenzó su mandato con sangre y con una obvia declaración de intenciones al requisar los bienes y ejecutar a los que se consideraron culpables del asesinato de César. Con un total de 300 senadores y 2000 funcionarios. Muchos de los cuales, se suicidaron para conservar el honor con formas más o menos “poéticas” como realizar un banquete en el que el acusado bebió veneno. Teniendo como última voluntad que el banquete siguiera con su cadáver presente.
Marco Antonio por su lado, se cobró una venganza personal al querer dar muerte a Cicerón por la burla que habían supuesto las Filípicas. Cuando este intentó escapar, las tropas del triunviro lo cazaron y cortaron la cabeza, además de la mano derecha con la que había escrito su sátira. Solo quedaban ya por ajusticiar dos de los verdaderos ejecutores. Bruto y Casio quienes disfrutaban de la amnistía como gobernadores de Macedonia y Sicilia y que durante su estancia trataron verdaderamente mal a sus gobernados, por lo cual, la llegada de Marco Antonio y Octavio los hizo ver como libertadores. La batalla se produjo en Filipos. en el septiembre del 42 a.C. Momento en el cual Octavio estaba enfermo, pero su ejército y el de su aliado, lograron romper la defensa de Casio y Bruto. Ante la inminente derrota, Casio se suicidó con la ayuda de un asistente y Bruto por su lado optó por lanzarse a sí mismo contra la espada de uno de sus hombres.
Estando ahora la venganza completada y la República pacificada, se dio lugar al reparto de los territorios que los tres triunviros gobernarían. Lépido se quedó con la parte africana, mientras que Octavio optó por la zona Europea y Marco Antonio eligió Oriente Medio, Egipto y Grecia. Comenzaba ahora la competición por ver qué triunviro se hacía con la parte de los otros dos. Al menos esa era la intención de Marco Antonio y de Octavio. Pues el pobre Lépido parecía conformarse con lo pactado y si acaso esperaba que los otros dos se destruyesen para reclamar luego él su parte.
Como dijimos, la parte de Octavio comprendía la zona europea Occidental. Teniendo en ella la zona de Hispania salvo la zona de los Cántabros, la Galia, Territorios en los Alpes y costas de Eslovenia, Croacia, Albania… La península Itálica pertenecía al Senado.
Para Marco Antonio, Tendríamos Macedonia, Las costas de Anatolia, Antioquía, Cirenne. Fronteras con estados clientes de Roma como Ponto, Capadocia, Armenia y su futura esposa Cleopatra, ahora reina de Egipto.
Lépido, por su parte ocupaba como dijimos la parte Africana, teniendo como propiedad Túnez, parte de Argelia y las costas de Libia, hasta hacer frontera con el territorio de Cirene de Marco Antonio. En el Oeste, tenía al estado clientelar romano de Mauretania.
Sexto Pompeyo, el hijo de Pompeyo, cuyo padre durante la guerra civil luchó contra Julio César, poseía las islas de Córcega, Cerdeña y Sicilia.
Hay que entender que, aunque estos territorios tuvieran estos distintos gobernadores, todos formaban parte de lo que hasta el momento seguía siendo la República Romana.
Con estos actores en el tablero, las probabilidades realmente se iban para el lado de Marco Antonio. El militar experimentado, con mejor ejército y mejor general que sus dos adversarios principales. Marco Antonio, sabía que Egipto era o un potencial aliado o un enemigo a erradicar. Por lo que, aprovechando el rumor que se cernía sobre Cleopatra de que había financiado a Casio y Bruto, la citó en Tarsos para que respondiera por sus acciones. Mientras que Marco Antonio la esperaba sentado en un trono para mostrar que era él quien poseía el poder. Sin embargo, Cleopatra, que era una mujer por lo que se cuenta, que sabía entrar en escena. Al igual que cuando en el pasado se reunió con Julio César secretamente llegando envuelta en una alfombra medio desnuda, ahora había organizado una procesión por el río llena de plumas rojas con su séquito, dejando a todos boquiabiertos, sus sirvientas vestidas de ninfas, etc. De tal forma, que mientras se corría la voz de que la reina de Egipto venía con tal espectáculo, todos abandonaron el foro donde estaba Marco Antonio esperando y fueron a ver a la reina.
Marco Antonio herido en su orgullo, no tuvo más remedio que acudir a donde se encontraba Cleopatra con la intención aún de juzgarla. No obstante, la recordaba como una chiquilla en los tiempos en los que esta era pareja de César y ahora quien lo recibía era una mujer que sabía explotar su belleza como un arma política. El juicio que pretendía hacer Marco Antonio, se convirtió en una comida entre iguales, durante la cuál quedó tan prendado que incluso le regaló territorios de su triunvirato como Fenicia, Chipre y trozos de Arabia y Palestina. Cleopatra, por su lado, sabía que Roma no se sostendría demasiado tiempo con tres hombres tan poderosos y esa misma noche consumó la relación con Marco Antonio para intentar usarlo como ya pretendió con Julio César y conseguir de él hacer de Egipto un estado tan fuerte como antaño y quien sabe si ser reina también de Roma.
Mientras tanto Octavio se enfrentaba a bastantes problemas en su zona. El senado se revolvía bastante y tenía que contentarlo con sobornos, Por su lado, Sexto Pompeyo, aprovechaba la situación para agitar sus tropas en Hispania, mientras que la esposa legal de Marco Antonio, organizaba junto a su hermano una rebelión en Italia contra Octavio, la cual tuvo que sofocar el mejor general que éste poseía, Marco Agripa. Muriendo la Esposa de Marco Antonio tras una enfermedad
Cleopatra, viendo la debilidad de Octavio, instó a Marco Antonio a atacar con su ejército. Desembarcando en Brindisi y asedió a las tropas de Octavio. Pero los soldados de ambos bandos se negaron a luchar, y se firmó la paz casando a la hermana de Octavio, llamada Octavia, con Marco Antonio. Las aspiraciones de Cleopatra por el momento, se veían mermadas.
Octavia, intentó sin éxito reconducir a Marco Antonio a otra cosa que no fuera la guerra y su atención a Cleopatra. Pero él sabía bien lo que quería y sin mayor interés en su nueva esposa, la mandó de vuelta a Roma al tiempo que volvía a Egipto. Buscó entonces Aumentar su prestigio con Roma realizando campañas en Oriente contra Persia. Aunque consiguió la victoria contra Armenia imponiendo un vasallaje, en el camino perdió a buena parte de sus 100 mil hombres además de disgustar enormemente a los romanos cuando proclamó su triunfo en Alejandría y no en Roma. Siendo esta una de las excusas que otorgaría a Octavio en el futuro para hacerlo ver como un rey extranjero y no como un romano. Para complicar aún más la situación, pidió el divorcio con Octavia y se casó con Cleopatra, con la cual ya tenía dos hijos y cuidaba del que supuestamente había tenido ella con Julio César, de nombre Cesarión. En su casamiento, entregó como dote a sus hijos su territorio de Oriente, mientras que a Cesarión lo nombraba Príncipe heredero de Egipto y Chipre.
Ahora Marco Antonio, antes que triunviro, era rey de Egipto. Rey de un país no perteneciente a Roma y esto era algo que Octavio podría usar como propaganda en su contra para que, tanto el senado, como el pueblo romano no consintieran postrarse ante una potencia extranjera. Pues de poco habrían servido tantos siglos de guerras y conquistas.
Octavio por su lado, también tuvo una complicada vida sentimental. Pues antes de tener treinta años, ya había tenido dos esposas. Pero tras ambas, se enamoró de Livia, una mujer que ya estaba embarazada de otro hombre. Pero aún así, convenció a su padre para que la casase con él. Adoptó a los dos hijos de la mujer, Tiberio y Druso como suyos y se dedicó a reconstruir el ejército y la República de Roma para estar listos contra la inevitable guerra que se cernía contra Antonio.
En la Primavera del 32 a.C. con las instituciones republicanas ya restablecidas, en la ciudad de Roma recibieron una carta de Marco Antonio donde pedía que tanto Octavio como Lépido depusieran las armas y sus poderes a cambio de la vida tranquila en el campo. Aunque realmente era algo que no pegaba mucho con el General, puesto que era dar demasiado tiempo a sus adversarios para prepararse, es posible que la artífice de todo fuera nuevamente Cleopatra. Pero ahora, Octavio se atreve a jugar la carta del rey extranjero y publica el testamento de Marco Antonio al senado y a los romanos, que tal vez fuera falso o no, pero servía para sus propósitos. En el cual se leía que Marco Antonio había designado sus únicos herederos a los hijos que tenía con Cleopatra y que ésta sería su regente. Contando Marco Antonio con más años que ella, y siendo sus hijos muy jóvenes, era casi seguro que si Marco Antonio se hacía con toda Roma, una reina de Egipto la gobernaría durante un tiempo. Ni el senado ni los romanos permitirían esto, sin embargo, sus tropas como ya vimos en Brindisi, estaban cansados de guerras civiles e inestabilidad. Pero Octavio es suficientemente inteligente para cambiar esto. Pues no declara la guerra a Marco Antonio, sino que declara la guerra a Cleopatra ante lo que vendió como una "Guerra de Independencia" de las influencias foráneas.
El conflicto sobre todo fue marítimo. Las fuerzas se midieron en la batalla naval del Accio del 31 a.C. Donde, a pesar de ser inferiores en número, la habilidad marcial de Agripa hicieron huir a las tropas de Marco Antonio y Cleopatra. A las cuales Octavio dejó huir, porque no había prisa en provocar una rendición tan precipitada. Durante un tiempo se dedicó a poner orden en distintos lugares como en Grecia, lidió con una revuelta italiana y en Persia, acabó con los aliados de Antonio, en busca de cercar cada vez más su posición. Cuando la derrota ya se cernía sobre los amantes. Octavio recibió 3 cartas. Cleopatra le enviaba un cetro y una corona en señal de sumisión y Marco Antonio pedía la paz. Solo decidió contestar a Cleopatra a quien le pidió que si quería la paz, que matase a Marco Antonio. Pero Cleopatra veía que hiciera lo que hiciera, estaba atrapada.
Antonio, intentó una última lucha desesperada que aunque no le fue del todo mal, las fuerzas de Octavio en comparación ahora eran inconmensurables. Aunque hay varias versiones sobre la muerte de los amantes, en esta ocasión me inclino a pensar en la siguiente. Pues a Antonio le llegó la noticia de que Cleopatra estaba muerta, noticia que seguramente el propio Octavio le hizo llegar y en el momento en el que este se suicidaba, se enteró de que realmente seguía viva. Pidió entonces que lo llevaran con ella para morir entre sus brazos. Cleopatra entonces pidió permiso para sepultar el cadáver y durante la audiencia con Octavio se presentó con sus mejores ropas para intentar seducirlo. No obstante, ella tenía ya 40 años y no 29 como cuando conoció a Marco Antonio, mientras que Octavio ahora tenía 30. Por lo que con desprecio, le comunicó que lo único que conseguiría de él, sería que la llevaría a Roma como trofeo en su carroza triunfal. Ante esto, Cleopatra se encontró perdida y derrotada. Su única salida fue el suicidio mediante la mordedura de una serpiente venenosa llamada áspid, la cual acercó a su pecho para que el veneno la matase lo más rápido posible. El mismo acto que realizó la última reina de Egipto, fue repetido por todas sus doncellas hasta morir todas y cada una de ellas.
Octavio mostró cierto respeto por la pareja al permitirles ser sepultados juntos. Pero ahí acabó dicho respeto, ya que no estaba dispuesto a que sus buenas acciones le pusieran en el futuro en una posición delicada. Por lo que se decidió en matar al hijo que había tenido César con Cleopatra, Cesarión. Que, si realmente era hijo del dictador, ejecutó a un familiar sanguíneo. En cuanto a los dos hijos que tuvo Antonio con Cleopatra, los mandó con su hermana Octavia para que los criara como suyos. Volvió a Roma tras proclamarse rey de Egipto, para no provocar indignación entre los egipcios porque su milenario estado fuese ahora una simple provincia romana. Una vez allí, se encargó del mayor de los hijos de Marco Antonio de su anterior matrimonio, a quien mató de forma sigilosa para no levantar sospechas. Por lo que, ahora sí, tras los infanticidios. Octavio reunía por fin para sí toda la herencia de Julio César.
En Roma, el senado harto de guerras, no podían hacer frente a la figura de Octavio, que quien si lo hubiera pedido. Lo habrían proclamado rey. Pero él sabía que los reyes como tal, despertaban animadversión en Roma a pesar de que los romanos, tampoco confiaban ya en los órganos democráticos y republicanos por su corrupción. Por lo que Octavio siguió moviéndose con cautela y actuando poco a poco. Los romanos pedían orden, dinero, comida y paz y él se dedicó a darles todo eso con lo obtenido por la victoria. Licenció al medio millón de soldados, quedándose solo con 200 mil ante los cuales se proclamó con el título militar de Imperator. Comenzó ahora a poner en práctica el proyecto que quería su tío. En torno a sí creó una especie de consejo de ministros donde destacó su amigo Agripa como organizador. Mecenas como financiero y un nutrido grupo de generales entre los que sobresalieron sus hijastros Tiberio y Druso.
Para que los aristócratas no se vieran desplazados, escogió a 20 senadores, los cuales funcionaron como consejeros de esa corona que no se nombraba, quienes garantizaban sus decisiones en el senado. La Asamblea cada vez tenía menos poder y se reunía menos y menos. Por 13 veces consecutivas Octaviano fue nombrado cónsul. Pero en el 27 a.C. Con 35 años, con el único título que había aceptado como Príncipe, decidió que iba a retirarse de la política y que restauraba la república. El senado, no solo abdicó al unísono ante la noticia, sino que le rogaron que asumiera todos los poderes en su persona dándole el apelativo de Augusto, que significa el aumentador. Y que con el paso del tiempo se convirtió en nombre de los futuros emperadores. En toda esta escena preparada, se demostró que ahora, todos, tanto conservadores como republicanos, veían preferible el orden que otorgaba un señor, antes que el caos repetitivo.
Pero Augusto, realmente fue un buen emperador. Entregado y trabajador, que se consideraba a sí mismo el primer servidor del estado. Una vez conquistada la totalidad del norte hispano, renunció pronto a la guerra y con sus hijastros como generales, buscó mantener las fronteras del Imperio. Druso a quien adoraba y buscaba nombrarlo como sucesor, le encomendó llevar la frontera en la zona germana del Rin al Elba, algo que consiguió hasta que una mala caída desde su caballo acabó con su vida. Ahora el sucesor sería a regañadientes su hijastro Tiberio. Se vivía ahora lo que se conoce como Pax Romana y luego la Pax Augusta. El ejército era fuerte, la burocracia funcionaba y la moneda estaba saneada. Para protegerse de males como los que mataron a su tío, creó la policía o lo que se conoce como los pretorianos. Sin embargo, tales complots estaban casi siempre en su cabeza. Por desgracia, las debilidades físicas siempre aquejaron al emperador. Las gripes y la colitis llegaron a provocar que no pudiera vivir sin tener un galeno siempre a su disposición. No obstante, a pesar de un sin fin de problemas políticos y personales. Siempre estaba decidido a trabajar para Roma. Llegó a una edad muy avanzada para la época y para un emperador pues muchos tras él murieron prematuramente por verdaderas conspiraciones o enfermedades. Pero a la edad de 76 años, mientras trabajaba tras haber pasado una bronquitis bastante fatigosa, se sentía con la muerte cercana. Tal es así que llamó a Livia para poder despedirse y luego de los propios romanos.
A su muerte. Los senadores llevaron su féretro a hombros por Roma hasta que fue incinerado en el campo de Marte. En cualquier otra situación, podrían haber esperado a que tras la muerte del emperador, el momento de retomar el poder para el senado había llegado. Pero Tiberio había sido nombrado sucesor y comenzar de nuevo con las disputas por el poder podrían desintegrar Roma ante una frontera tan extensa por defender y unas tribus bárbaras que estaban esperando su momento para arremeter contra el Imperio.
referencias del artículo:
Libros:
Hervás, J. M. R. (1995). Historia de Roma. Ediciones Universidad Salamanca.
Montanelli, I. (1961). Historia de Roma. El imperio a través de los seres humanos que lo forjaron. Globus.
Internet
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Biografia de Octavio Augusto». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en https://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/augusto.htm [fecha de acceso: 6 de noviembre de 2021].