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martes, 1 de marzo de 2022

El Reinado de Carlos I de España y V del Sacro imperio Romano Germánico


 


 





Si los Reyes Católicos pusieron las bases para la formación de una monarquía autoritaria. Los Austrias son los reyes que se dedicaron a perfeccionar el sistema. Sobre todo con Carlos y Felipe II. El reinado del primero ocupó casi la primera mitad del siglo XVI. Aunque en efecto, era descendiente directo de los anteriores reyes españoles, Isabel y Fernando, siendo su nieto a través del matrimonio de Juana de Castilla, comúnmente conocida como la Loca y el fugaz rey de España Felipe I, o más conocido como el Hermoso.


Pero por desgracia para él, se había criado en el extranjero y la dinastía de la que procedía por el apellido de su padre, era foránea para los castellanos. La muerte de Fernando el Católico y la incapacitación de la reina regente Juana, para gobernar, además de la prematura muerte de su padre Felipe, le llevó a gobernar un imperio enorme en lo territorial al reunir para sí mismo las diferentes herencias que obtenía de su padre y madre. Y por ende de sus abuelos maternos y paternos. Siendo sus abuelos Maternos Isabel y Fernando. Mientras que sus abuelos Paternos eran María de Borgoña y el Emperador Maximiliano de Habsburgo. Por ello, concentraría los siguientes territorios para un solo monarca:
 


De su abuela Isabel de Castilla recibió el Reino Castellano, las Canarias y las plazas del norte africano de Melilla, Orán, Argel, Bujía y Túnez.

De su abuelo materno, Fernando II de Aragón. Obtenía el Reino de Aragón con las Islas Baleares, Cerdeña, Nápoles y Sicilia.

De su abuela Paterna María de Borgoña, recibía los territorios que le pertenecían de facto dentro del imperio como: Los países Bajos, Luxemburgo y el Franco Condado.

Mientras que de su abuelo Maximiliano I de Austria, Obtenía también dentro del imperio la propia Austria, además de la candidatura imperial al Sacro Imperio Romano Germánico. 

 

Territorios heredados por Carlos. (Elaboración propia)

 



Pero el extenso imperio no se reducía a los límites Europeos y plazas africanas. Sino que en el otro lado del océano Atlántico, poseía en ese entonces la Isla de Cuba, la Española y un pequeño territorio llamado Castilla de Oro. Quedando poco tiempo para que los conquistadores Españoles se topen con el Imperio Azteca en Centro América y con el Imperio Inca en Sudamérica. Comenzando las campañas de conquista tanto por Hernán Cortés en el primero y Pizarro en el segundo. 
 
Territorios heredados por Carlos. (Elaboración propia)

 


INICIO DEL REINADO

 

Ante la consecución de los reinos españoles y la animadversión que tenían los nobles castellanos y aragoneses de ser dirigidos por un flamenco, se le hizo viajar a la península para evitar una crisis mayor. Pues los nobles peninsulares preferían a su hermano Fernando por haber sido criado en Castilla antes que a un muchacho que no sabía siquiera hablar el idioma, Carlos eliminó rápidamente el problema de su hermano enviándolo a gestionar los territorios de Alemania. De hecho, cometió bastantes errores como tener solo una cámara de consejeros flamencos, los cuales buscaban nada más que amasar una fortuna con los puestos en la corte castellana.



Más grave aún fue cuando, al conseguir el juramento de las cortes castellanas pasó a la corona de Aragón dejando el gobierno de Castilla en manos de sus consejeros foráneos. El reinado comenzaba mal, pues ante las ya mencionadas preocupaciones, se sumaba el hecho de que Carlos veía a Castilla y Aragón como un instrumento para conseguir un objetivo mayor como lo era la corona imperial. Produciendo constantemente que fuera un rey ausente y poco preocupado por los asuntos españoles. 

Política Interior 



Gran parte de su política interior la marcan dos revueltas como lo fueron la Rebelión de las Comunidades y la Revuelta de las Germanías.


Para 1519, Carlos ya había hecho efectiva su candidatura al imperio. Durante buena parte de sus primeros años se la había pasado viajando por las cortes pidiendo el dinero necesario para conseguir costear la coronación, realizar los sobornos necesarios a los príncipes electores del imperio y demás. Pero como es obvio, el emperador debía de coronarse en el Palacio de Aquisgrán. Dicha coronación estaba programada para 1520. Una de las pocas condiciones que la Corte Castellana pedía a Carlos era que en el momento de partir, el regente que dejase en la corona fuese un castellano y no uno de sus consejeros extranjeros. Pero Carlos, quien era realmente un muchacho ingenuo y confiaba en sus conocidos flamencos, quizá demasiado, dejó la regencia a Adriano de Utrech, antes de partir para el imperio.


Ante este pasotismo del rey, en 1520, las principales ciudades castellanas se levantan y se proclaman comunidad, teniendo como principales líderes a Bravo, Padilla y Maldonado. Exigiendo al rey a grandes rasgos que prescindiera de los consejeros extranjeros, que acatase la voluntad del reino, es decir de las cortes, y limitar el poder real, queriendo así volver en cierta medida a un estado anterior a los Reyes Católicos. La revuelta fue promovida por sectores más liberales, siendo en esencia gentes de la media nobleza, burgueses y miembros del clero. La principal ciudad fue Toledo que formó una Junta Magna a la que luego acudieron otras ciudades importantes como Segovia o Toro
Revuelta de las Comunidades (Elaboración Propia)


La alta nobleza permaneció en segundo plano esperando decidir qué les beneficiaba más. No obstante, los comuneros necesitaban el apoyo popular, por lo que llamaron a una insurrección anti señorial. Esto provocó que buena parte de la Alta Nobleza prestase el apoyo que Carlos necesitaba para controlar la rebelión. También jugó en contra la división interna que tuvo el sector burgués de la revuelta contra esos miembros de la mediana nobleza que, a pesar de tener intereses en la rebelión, seguía teniendo más en común con la Alta Aristocracia y el rey, que con la burguesía comercial. Por lo tanto en la batalla de Villalar en 1521 gran parte de los comuneros son derrotados, terminando con la ejecución de los principales mediante la decapitación. La situación acabó siendo totalmente controlada en el 1522.


Pero, es cierto que aunque el movimiento fue un fracaso, sí que motivó un cambio del ahora Emperador Carlos conforme a la política castellana. Pues al verle las orejas al lobo ante la remota posibilidad de perder una joya de la corona como lo era Castilla con sus territorios europeos y los de Ultramar, decidió valorar más el papel de las Cortes y se produjo un pacto entre monarquía y ciudades.  


El siguiente gran escollo fue La Revuelta de las Germanías
 


Teniendo esta revuelta una motivación distinta a lo que hemos mencionado antes. El problema no era ahora la ausencia del rey Carlos o sus consejeros. Sino que Las ciudades de Valencia y Mallorca tenían una pésima situación financiera además del hecho de las constantes incursiones piratas musulmanas en sus costas. Para proteger sus intereses comerciales, se permitió a los gremios que se armasen para poder defender sus costas. Esto era algo que se conocía como germanías. La partida de Carlos de la Península coincidió además con un brote de peste en las zonas mencionadas. Por lo que la gente rica, como acostumbraba en estas ocasiones, optaron por salir de las ciudades y refugiarse en sus casas de campo para evitar caer enfermos.
Las revueltas de las germanías (Elaboración Propia)



Viendo esta situación los gremios armados aprovecharon el vacío de poder dejado por los nobles y patricios y se constituyó la Junta de los Trece. Junta que reconoció la soberanía del rey y buscaron sobre todo mejorar la condición económica de las ciudades. Pero como era de esperar la nobleza y aristocracia no estaba dispuesta a perder su soberanía. Entre esto y que el movimiento pasó de ser moderado a cada vez más radical, los nobles y aristócratas consiguieron recibir la ayuda del monarca, provocando que el conflicto fuese resuelto en 1523 con la victoria del ejército real. Terminando con las ejecuciones de Joan Crespí en Mallorca y con Joan Llorenç en Valencia. Ambos líderes agermanados en sus respectivas ciudades.

Casamiento

Como todo monarca, una de las principales cosas que debía de realizar era casarse y proporcionar un heredero a la corona. Sin embargo, sus aspiraciones imperiales y las revueltas en el inicio de su reinado, retrasaron el momento de su matrimonio. No fue hasta 1526 que el monarca se casaría con Isabel de Portugal en el Alcazar de Sevilla. Sin embargo, el matrimonio duró realmente poco cuando cuando la emperatriz murió durante el parto del séptimo hijo. El Emperador dolorido, no fue capaz de volver a casarse, siendo esto realmente una decisión precipitada pues a pesar de haber tenido cinco varones, sólo uno de ellos llegó a la vida adulta, siendo siempre lo conveniente tener al menos dos sucesores para evitar conflictos sucesorios.  
 La emperatriz Isabel de Portugal, por Tiziano.jpg

Política Exterior



Como decíamos antes a pesar de tener un territorio tan extenso desde el inicio de su reinado, más luego la elección imperial. Carlos tenía una joya de la corona con Castilla, pero de ella sobre todo le interesaba financiar las diferentes guerras a las que se vió forzado contra Francia, contra los Turcos y contra los protestantes del imperio.


Las guerras contra Francia fueron numerosas y variadas. En parte se debían a esa rivalidad personal que tenían tanto Carlos como Francisco I. En parte porque el Rey francés que también optaba a ser coronado emperador. Pero los antecedentes de los recelos que se tenían Francia y las Españas podían fecharse tiempo atrás como el conflicto por Navarra o las disputas por los territorios italianos. Produciéndose un total de 4 guerras en todo el reinado de Carlos e incluso la última sería resuelta por su sucesor Felipe II. Por eso es más que posible que Carlos dijese la siguiente frase. “ Paciencia, hasta donde yo sé siempre habrá una guerra que vencer contra Francia”. 
 


La Primera Guerra contra Francia se produjo en 1521, momento en el que Francia decidió atacar por distintos frentes. Primero invadiendo Navarra y luego desde Milán intentó hacerse fuerte en el Norte Italiano. Pero las tropas de Carlos salen victoriosas en Pavía en 1525 con la victoria además de apresar al rey francés. Como consecuencia de esto, Carlos acabó controlando también Milán.
Invasión a Navarra (Elaboración Propia)


Ataque a Italia desde Milán (Elaboración Propia)



La segunda guerra comenzó en 1536 y duró hasta el 38. Se produce cuando el duque de Milán murió sin descendencia, siendo derecho de Carlos V a heredar el territorio. Algo a lo que Francisco no estaba dispuesto. Este de hecho también se había aliado en secreto con el monarca otomano, Suleyman II el magnífico para acosar a Carlos en dos frentes. Ambos monarcas invadieron el territorio del otro hasta que la guerra quedó atascada. Provocando que ambos tuvieran que firmar una tregua de diez años. Algo que no permitiría el propio Francisco que se cumpliese cuando nuevamente en 1542, volvió a atacar el milanesado


En la tercera guerra del 1542 al 1544 Francisco buscó hacer presión a Carlos atacando los territorios que heredó de María de Borgoña, los Países Bajos, pero Carlos se alió con su tío político Enrique VIII de Inglaterra, para atacar conjuntamente a Francia forzando la Paz de Crépy en la cual finalmente Francisco renunciaba a su alianza con el imperio Otomano y se programó el matrimonio entre parientes de ambos monarca, pero el cual no llegó a producirse.
Ataque a los territorios de Carlos dentro del Imperio (Elaboración Propia)





Una cuarta guerra contra Francia en 1552 al 1559. Estando Carlos contra los protestantes y fallecido ya Francisco I, tuvo que hacer frente a su hijo Enrique II, que buscó aliarse nuevamente con los enemigos del emperador. Sin embargo, esta guerra no fue terminada, como decíamos, por Carlos, sino por su hijo en San Quintín. Algo que veremos en el próximo vídeo.  
 

La guerra contra el Imperio Otomano 

Fue realmente un conflicto secundario para Carlos. Puesto que como emperador, era el defensor de la cristiandad y se esperaba desde un inicio que tuviera que enfrentarse a la principal potencia musulmana de Europa y el Mediterráneo. Sin embargo, Suleyman el Magnífico, consiguió ocupar Hungría y sitiar Viena, obteniendo como decíamos el apoyo oculto de Francia, la cual se comprometía a no responder ante su avance en Europa. 
Ataques Corsarios Otomanos en las de la corona hispana. (Elaboración Propia)



El otro escenario al que se tendría que enfrentar Carlos contra los otomanos era en el Mediterráneo, más en concreto contra los corsarios que eran protegidos por Suleyman, los hermanos Barbarroja, estos ocuparon Trípoli y Bujía además de saquear pueblos en la propia península o en la Italia española. Carlos procuró entonces un avance en el Mediterráneo, realizando la conquista de Túnez en el 1535, pero con algunos fracasos como en el Argel de 1541. Ante las continuas ofensivas y preocupación de que en cualquier momento los Otomanos realizasen una invasión a la Península, se dio a la tarea de crear un sistema defensivo costero en toda la Península Ibérica para tener una mayor seguridad. 
 
Sistema defensivo costero (Elaboración Propia)

 


Guerra en el imperio



La reforma de Lutero, fue en parte un acicate para los príncipes del imperio, que buscaron en él una excusa para independizarse de la autoridad del emperador. Para buscar el entendimiento entre Lutero y el Papa, Carlos convocó una dieta en Worms en el 1521. Lutero por su lado buscaba ganarse al emperador, pero fracasó. Carlos condenaba a Lutero pero al mismo tiempo exigía al Papa un Concilio para que se produjese una reforma de la iglesia. Algo que se convocó en 1545, con el primer Concilio de Trento. Sin embargo, el conflicto armado crecía en el imperio hasta que estalló por completo en la Guerra de Esmalcalda de 1546-1547. En la misma, los príncipes que se declaraban protestantes, quienes de religiosos tenían poco, solo buscaban aumentar sus beneficios económicos con la reforma, se aliaron en lo que se conoce como la Liga de Esmalcalda. Carlos venció en la batalla de Mühlberg en 1547 pero el conflicto no se solucionaba. La salida que se vió fue la de la Paz de Augsburgo de 1555. Con la misma, el emperador reconocía el derecho de que en cada principado se estableciera la religión que profesaba el príncipe y por lo tanto, los súbditos de dicho príncipe tenían que adoptar la fe de su señor. cuius regio, eius religio. Es decir, según sea la del rey, así será la religión. 
Levantamiento de príncipes en el Imperio (Elaboración Propia)

 

La cuestión americana.


Con respecto al Nuevo Mundo

Como vimos, los territorios de Carlos en Ultramar, al comenzar el reinado, eran bastante menores a lo que se había conquistado cuando abdicó. Sobre todo, como decíamos en el vídeo de los Reyes Católicos, buena parte de esas conquistas se llevaban mediante iniciativas privadas, pero tenían que ser en nombre del monarca y establecer un pago de los beneficios. Enfrentándose Carlos a un problema que ya vislumbraron sus abuelos. Pues buena parte de los hombres que iban a América buscaban hacerse ricos a costa de las conquistas y en definitiva, convertirse en nobles y señores hereditarios de las tierras que se les otorgaban.


Ante esto, tanto los reyes católicos como Carlos buscaron imponer un sistema administrativo nuevo. Con las Leyes de Burgos se establecía lo que se conocía como las encomiendas. Con ellas, se daba un grupo de indios al encomendero. Este, a cambio de su trabajo, debía alimentarlos, cristianizarlos y respetarlos. Pero las encomiendas, no eran hereditarias a fin de evitar que en América, un territorio tan lejano a la Península, se acabasen formando feudos que quisieran hacer independiente a su señor


También, desde la iglesia, o al menos unos sectores, como Fray Bartolomé de las Casas, protestaron por el trato que los encomenderos daban a los indios. Carlos intentó establecer un punto medio, con las Leyes Nuevas de 1542 que buscaban una mejoría en el trato hacia el indígena además de buscar el fin de las encomiendas. Aunque no se produjo de forma inmediata, puesto que Carlos tenía que maniobrar entre el buen trato de los nativos y evitar que los encomenderos se rebelasen. Es cierto que abrieron el camino para el fin de las encomiendas además del fin de la esclavitud indígena.


También se buscó realizar el control de la administración americana mediante la Casa de Contratación y el Consejo de Indias. Teniendo instituciones como los Virreinatos puestos no hereditarios que tenían las funciones del monarca de forma temporal. Este tipo de puesto fue puesto en práctica hasta el siglo XVIII. Gobernadores hombres peninsulares, con funciones administrativas, judiciales y militares. Si este puesto se encontraba en tierras fronterizas, pasaba a llamarse Capitanía General. Los Corregidores presidían los distintos ayuntamientos o cabildos. Y finalmente la Audiencias que fueron los tribunales de justicia y tenían la potestad para gobernar cuando el virrey faltaba.

Con respecto a la conquista

Hernán Cortés emprendió la conquista del Imperio Azteca. Mientras que Pizarro y Almagro lo hicieron en Perú contra el Imperio Inca.

En buena medida, parte del éxito de la conquista con tan pocos hombres, fue porque a la llegada de los españoles, ambos imperios se encontraban en crisis políticas. Ya fuera entre las familias poderosas o por rebeliones de los propios pueblos sometidos por los nativos. Los conquistadores, supieron cómo aprovechar estos problemas para dividir a sus enemigos y en el proceso terminar conquistando a ambos. También fue esencial, la creencia por parte de los nativos de que los españoles eran enviados divinos, el empleo de caballos, perros de guerra y armas de fuego. En definitiva la superioridad tecnológica hizo que el problema de la inferioridad numérica fuese menos importante que si la conquista se hubiera dado una igualdad de condiciones.
América al final del reinado de Carlos (Elaboración Propia)




Abdicación


Poco antes hemos mencionado que Carlos en el Imperio, se vió obligado a firmar la paz de Augsburgo de 1555. Este hecho lo marcó tanto que se vió en la obligación de dejar el gobierno. Cansado ante tantos años de luchas y desventuras. Y aunque al comienzo de su reinado, no se sentía realmente castellano, decidió pasar el fin de sus días en el monasterio de Yuste para descansar de la enfermedad de gota que le aquejaba y olvidarse de los asuntos de gobierno.


Comprendió al final, que el tener unos dominios tan extensos y conflictivos solo podrían acabar trayéndole a su hijo Felipe aún mayores problemas. Por ello, decidió separar sus dominios. Dándole a Felipe la Península con Castilla y Aragón, Canarias, los territorios africanos. Los territorios de su abuela María de Borgoña, Italia y los territorios americanos. Mientras que a su hermano Fernando, quien durante buena parte del reinado le había dejado la regencia del imperio, le cedió los derechos imperiales y los dominios austriacos.

A pesar de haber tenido un reinado de constantes conflictos, y de haber eliminado el imperio de la herencia, con lo ganado en América, legó a su hijo un verdadero imperio hispánico.

 

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