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martes, 4 de junio de 2019

¿Por qué fue y es tan difícil superar la Guerra Civil Española?

Una de las preguntas que solemos hacernos los aficionados a la historia, historiadores y demás, es divagar sobre qué habría pasado si un momento clave en la historia no hubiera sucedido, o hubiera sido de otra manera.  Pero a veces, esas preguntas pueden encontrar respuesta en acontecimientos distintos pero similares. 

Como habéis leído en el título. La pregunta va sobre nuestra guerra civil y por qué tras tantísimas décadas sigue estando muy viva en nuestra vida política y ciudadana. Sin embargo, es curioso observar cómo otros países que han tenido sus propias guerras civiles, no han pasado por esto, o simplemente las han superado de manera diferente. Un ejemplo que conoceréis todos y todas es el de la Guerra de Secesión Estadounidense, desarrollada desde 1861 hasta 1865. Y sí, aunque ha pasado muchísimo tiempo, los acontecimientos de posguerra no llegaron a los niveles de odio al que, en cambio, sí alcanzamos aquí. 
Ilustración de la Guerra de Secesión
Batalla del Jarama. Guerra Civil Española. 


Primero podemos hablar de las semejanzas, que, aunque pocas, son importantes; Se trata de una guerra entre personas de una misma nación; Enfrentados por costumbres contrarias y sistemas políticos incompatibles; En los dos conflictos, se pusieron en práctica nuevas armas y tácticas de combate; Ambas guerras asolaron sus países y acabaron con las vidas de miles de personas, ya fueran soldados o civiles; La última gran similitud es que cuando ambas guerras acabaron, el territorio del país seguía siendo el mismo sin apenas alteraciones.

En cuanto a las diferencias; La Guerra Civil Española era, en gran parte, ideológica. No pretendía constituir otro país sino dar un golpe de estado. La guerra de secesión pretendía, como su nombre indica, separar los estados confederados de los de la Unión; Mientras que en la guerra de Secesión se tomaban a los enemigos heridos o rendidos como prisioneros de guerra, en la guerra civil española, se daba el tiro de gracia sobre los soldados caídos (por parte de ambos bandos); De igual forma, en América no se produjeron fusilamientos sistemáticos a los prisioneros de guerra o civiles que eran capturados y sometidos a juicios rápidos o fugaces, como sí fue en España. Y sobre todo, tras la Guerra de Secesión, la gran diferencia con la española fue la de mandar a sus casas a los soldados capturados o permitir su retirada honrosa tras que la mayoría de estados confederados se rindieran. Una vez firmada la paz y de comenzar la reconstrucción de las zonas devastadas, en EEUU se firmaron las enmiendas decimotercera (1865), decimocuarta (1868) y decimoquinta (1870) en las cuales, respectivamente: Se prohibía la esclavitud, las leyes federales protegían a todos los ciudadanos independientemente de su color de piel y se eliminaban las restricciones raciales para votar.
Ciudadanos negros realizando su derecho al voto. 

Fusilamientos durante la Guerra Civil Española


En cambio, en la posguerra española experimentamos lo que fue una dictadura en todo su esplendor. Cumpliendo su función de órgano opresor y represor. Los prisioneros no solamente no se liberaron sino que hubo bastantes fusilamientos. Cuando la dictadura se cercioró de que no podían pretender encarcelar y fusilar a todo republicano o ciudadano de tendencia socialista (pues supondría acabar con la mitad del país, sino más) mantuvieron como presos políticos a muchos de los ya encarcelados y fueron condenados a trabajos forzosos, en los que no morían en el paredón sino por agotamiento. Siendo trasladados a construcciones como el Valle de los Caídos, puentes y presas bajo condiciones de esclavitud.
 
Dictador Francisco Franco Bahamonte.
Por lo tanto, tras observar las semejanzas y las diferencias, podemos entender por qué unas heridas se cierran y otras tardan décadas en cicatrizar. Por desgracia (o por suerte, según quieras verlo...) el ejemplo de nuestra guerra más sangrienta no es una patente marca España, sino que parece ser un mal que se encontraba dentro de nuestras raíces europeas. Pues todo el mundo conoce el holocausto y los genocidios cometidos durante las Guerras Balcánicas o la de Bosnia.

Sabiendo esto, es fácil suponer que reconstruir un país tras un episodio tan traumático se presentaba más sencillo después de un paréntesis como la Guerra de Secesión, en el que la mayoría de muertes se produjeron en el campo de batalla o daños colaterales a las mismas. En lugar de hacerlo tras una guerra intestina que siguió presente mucho después de finalizar el conflicto.

Lo único que podemos aprender de estos episodios tan oscuros de nuestro pasado, es que no se puede pretender construir ni sacar adelante un país basándote en el odio mutuo de tus semejantes. Y que el sentimiento revanchista y opresión extrema no conduce a otra cosa que no sean heridas abiertas durante décadas y, tal vez, siglos. 



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